jueves, 15 de mayo de 2008

Secretos de umbrales

Amigo roberto;





Seguro es que ya te has enterado de la noticia de mi encierro y es por eso que te escribo, tú bien sabes que desde que mi madre falleció tú eres la única persona de confianza para mí y es por ello que quiero que sepas de mi puño y letra los verdaderos acontecimientos -de esa como tu debes pensar “trágica noche”.-

No creas pues aquellas versiones que de seguro te habrán echo llegar de mi supuesta pérdida del juicio. Tu bien sabes que para mi el acto de soñar es un verdadero enigma y es causa de mis esfuerzos con los cuales espero correr el velo que ocultan los misterios de nuestros sueños, recorrer los ocultos rincones de la mente.

Mas que nada amigo quisiera yo revelarte la verdadera intención que esconde esta nota pero debido a las restricciones a las que me veo expuesto en este lugar, evitare expresarme explícitamente como quisiera. Te puedo decir si, que se acerca un gran día para mi…el secreto ya me ha sido revelado.

Verdaderamente lo de aquella noche, por algún tiempo estuve sin comprenderlo, de nada me valía el tiempo en cavilaciones, el ensimismarme solo me volvió más huraño.

Lo que recuerdo (que debe ser solo lo relevante) fue su mirada… Me congelo el alma y un horror enorme se apodero de mí. Satanás, ese, el de mi infancia renacía y yo que lo pensaba sepultado junto a mis miedos de niñez ya hace varios años. Renacía en gloria y majestad para horrorizarme y acobardado yo trataba de huir como una rata. El sonreía con su rostro femenino, con la sonrisa mas sarcástica que se pueda imaginar, no hay donde escapar ya, donde ocultarse, no basta con pedir clemencia, el rey carmesí, su magnánima merced me había puesto la vista encima.

Quedaba solo sentir el temor y lo sentía, quise gritar y grite. Impotente me sentía al no escuchar a nadie y nadie mas existía en aquel sueño. De súbito una llama de valor me fue creciendo, el miedo se transformo progresivamente en odio, odie más que nada al miedo… el odio más exquisito que se pueda sentir.

Me fui convirtiendo en una bestia de ira y busque venganza y desde mis entrañas un rugido del odio mas sincero desintegro la pesadilla para situarme de golpe en la oscuridad de mi habitación.

Ahora el miedo desapareció, ahora la angustia me mordía por dentro.

Los recuerdos afloraban por miles, semilucido llegaban a mi imágenes que no tenían tiempo, como una lluvia de fotografías.

Me vi en el bar... la música lo envolvía todo y todo era envuelto por un intenso olor a hachís y yo hay sintiendo a nadie cerca en medio de la aglomeración, recordé luces de neón, escenas de violencia y alcohol y recuerde también a la señora Alicia, necesitaba hablar con migo por lo de la pensión que me había atrasado en pagar y hasta ese preciso instante no había considerado de mayor importancia dicho suceso, tampoco las cuentas del banco también atrasadas, recuerdo ahora que en ese momento de lucidez decidí buscar un empleo, empleo que no había encontrado por no haberlo buscado o mas bien no haber recordado que debía buscarlo hasta ese preciso instante.

No poder dormir y ser torturado por la lucidez.

Mi garganta suplicaba por agua en esa febril noche y el solo pensar en abrir la puerta de mi habitación me provocaba un miedo terrible y he ahí el quid del asunto que ahora te comienzo a relatar;

De primeras solo fue una intuición, cada vez que salía y entraba a mi habitación la puerta crujía de una forma que me recordaba un tono de voz familiar y yo por seguir el juego a esta situación respondía a tales crujidos con alevosa cortesía.

-Si madre, solo saldré un momento, volveré enseguida.

Una vez afuera de mi habitación y al cerrar siempre me lanzaba un concejo como lo solía hacer en vida.

-si madre, no pasare a ver a ningún amigo… Le respondía considerando su maternal preocupación.

Luego salía yo moviendo la cabeza con una sonrisa de complicidad con migo mismo, satisfecho de ese sentido del humor tan original que siempre se me ha atribuido.

Pero al poco tiempo los que fueron inofensivos consejillos maternos, se fueron convirtiendo en agrios reproches y la dulce voz de mi madre se fue tornando cada vez más áspera.

-¡Ernesto! …Me decía cada vez que salía de la pieza

- ¿donde vas?..Supongo que harás algo provechoso hoy? Ya viste como vas vestido? Pareces un mamarracho!!

-si madre... respondía yo con resignación.

A los pocos dias no quedo nada de la voz de mi madre y un tenebroso vozarrón gutural emanaba de las bisagras de mi puerta.

Cuando quise deshacerme de mi juego ya fue demasiado tarde, la voz me amedrentaba de tal forma que suspendí mis paseos nocturnos por la casa, pues prefería quedarme encerrado antes que oír a mi enemigo oculto en la puerta.

Te preguntaras querido Roberto, como no se me ocurrió pues, dejar la puerta abierta permanentemente o aceitar los goznes para enmudecer para siempre a aquel demonio.

Pues fíjate amigo mío, que aquellos ingenios si vinieron a mi ocurrencia, pero temí más que nada que lo de la puerta fuese solo una artimaña. Dentro de mí permanecía la idea de que aun evitando el movimiento de las bisagras no me desharía de aquella voz infernal ¡y eso me producía pánico! Prefería engañarme a mi mismo y culpar a aquella puerta de todo mal.

Esa noche de lo sucedido como te he contado, la sed me acosaba y la respiración árida ardía al salir de mi nariz, me reprochaba a mi mismo no haber precavido una situación así y maldije mi desdichada vida por verme imposibilitado de lo que para cualquier hombre hubiese sido una tarea normal como acudir a buscar un baso de agua. Las lagrimas me saltaron y llore mi frustración, una angustia horrible me oprimía y la ventana me resultaba atractiva para desde un brinco al vació escapar de este mal sueño.





La rabia afloro nuevamente en mí y los dientes me rechinaban. Una botella vacía fue a estallar contra la puerta y un gemido casi imperceptible dejo oír mi torturador y eso me dio más valor. Con una risa incontrolable me levante de un salto y las blasfemias mas inimaginables solté para con mi enemigo y sin una pizca de miedo aferre mi mano de la manija y abrí la siniestra puerta como quien entierra un estoque en las entrañas de su contendor. En el acto el demonio emitió un gemido mounstroso que debió haberse escuchado desde todas las habitaciones que componen el conventillo. Yo preso de la hilaridad, embriagado de victoria, cruce el umbral enorgullecido y cerré la puerta lentamente. Dando la espalda quitaba el acero con languidez, disfrutando cada segundo que pasaba antes de cerrarla definitivamente. Pero lejos del agónico crujir que esperaba, entre risas una confesión de mi madre salia de aquellas bisagras, el secreto fue tan sincero y a la vez con tanta dulzura que lo sentí como el último… eso me turbo.

Vino automáticamente a mí el recuerdo del sueño anterior y me percate de lo siniestro del juego. La risa se me apago en el acto y temí volver a despertar en mi cama.

Baje las escaleras gritando, necesitaba escapar de mi habitación, luego necesite escapar de aquella maldita casa y lo hice.

Ahora mis pies corrían desnudos en medio de la tormenta. Cuando estuve a una distancia prudente de aquel caserío, eleve mi mirada hasta la ventana de mi cuarto y di gracias a dios el haber escapado de todo aquel horror, en ese momento mis piernas flaquearon y me sentí desfallecer… tanta excitación me pasaba la cuenta y fui a dar de cara al pavimento.

De mis vecinos que me socorrieron de la inclemencias de esa noche, nada supe, en ese instante mi mente viajaba por recónditos paisajes surrealistas; una colina tapizada de una alfombra de césped verde, tan verde que era incompatible con la realidad. En aquella loma existía un sendero, un único sendero que la dividía, a un lado se extendían interminables otras colinas igual de limpias y claras, al otro costado un muro de árboles magníficos, pinos o cipreses que acompañaban de forma paralela al camino y ahí estaba yo corriendo. Tras de mi unos niños, todos corríamos riendo con un extraña sensación de triunfo, de libertad como embriagados por el efecto de una droga… de pronto el muro de árboles se abre en un claro y a medida que avanzábamos se iba descubriendo la maravilla; la colina abriéndose paso entre los árboles se extiende hasta el mar inmenso, millones de espejos lanzan destellos multicolores, todos reflejan al sol en tonos diferentes, todo ahí era fantástico, el sol rojizo del atardecer y los arreboles. En ese momento en estado de éxtasis absoluto me desvío del sendero y desciendo hacia el mar preso de la hilaridad. Mis acompañantes también ríen y me siguen, mis pies hundidos en la hierba parecen flotar, cada ves tomo mayor velocidad.

Del mar brotan melodías llenas de misticismo. Yo desciendo con desenfreno, no diviso el fin de la colina, esta cada ves se vuelve más inclinada, solo veo el mar y sus luces; un universo a tan solo algunos pasos. En el momento en que la velocidad de mis pasos se convierte en vértigo el sueño se desvanece dejando en mi una sensación de vacío y desesperanza, tuve el paraíso frente a mi, lo viví. Mi mas magnifico sueño se diluía y no había remedio por mas que cerrara los ojos no volvería al mundo supraterrenal. Debieron pasar algunos minutos en los que estuve con la mirada fija en el techo completamente absorto.

Una herida me punzaba en la sien, el sol primaveral que se colaba por la cortina dejaba al descubierto un forado en el centro de la puerta y en el suelo yacían cientos de trocitos de cristal desparramados.

Lo que siguió después eso de seguro ya lo sabes, la policía, los hombres con la camilla, las inyecciones, la vuelta a dormir y el encierro.

Amigo; he tenido aquí el tiempo suficiente para meditar todo esto y ahora lo comprendo todo mejor; todo ese horror, esa desolación, ese odio, fueron parte de una prueba que ya felizmente e superado.

En el umbral de una puerta amaneceré y mis pies ya no tocaran el suelo, mi madre me confeso el secreto de cómo atravesar ese umbral. Amigo Roberto, al fin podré correr el velo que ocultan los misterios de nuestros sueños, recorreré los ocultos rincones de la mente.







(Talcahuano, invierno del 2007)

7 comentarios:

SoL dijo...

hola ke suerte ser la primera en encontrarte, es escalofriante leer tu relato, quizas es algo abstracto, pero es un muy buen relato, me gustaría inmenzamente mantenerme en contacto, y poder leer mas relatos de este tipo.
bueno besos y abrazos para ti...

Sol

pam dijo...

wenas loco!!

Nano que escribe bien usted, ojalá siga asi y se dedique más de lleno a escribir, para que asi puedas seguir mejorando algunos detalles que lo necesitan, muy entretenidos y misteriosos sus relatos...

nos vemos...

pero loco por favor no te mates!!!

XD
nos vemos...

chaucha...

SoL dijo...

gracias por haber pasado por mi log, no se ke tiene tu relato ke me insta a leerlo no se es como un campo de fuerzas que me atraen, leyendo ademas tu perfil, descubri ke eres de talcahuano, bueno yo soy de lota, esta un poco lejos, pero la distancia ni se siente, jaja espero ke mantengas tus estados lo mas alterado posible, para así poder seguir leyendo historias tan espelusnantes como la anterior, para mantener el contacto, te dejo mi correo

sol_cita@hotmail.es

aki puedes escribirme con total libertad.

bueno sin ningun otro particular me despido con calurosos besis y abrazos en estos dias frios...

SOL

Mortimer dijo...

oye davicho
tai bien loco

yeaaah yeaaah yeahsss

y cuando nos juntamos
a vivir la buena vida?

ya, chauuu

Anónimo dijo...

David, cuidate mucho mucho .... te quiero mucho.

CARO

Director Sindical Lider 65 dijo...

hola David , gracias por dejarnos tan extenso espero que sigas visitando nuestro humilde espacio..
atte
LIDER 65

Unknown dijo...

David, me alegro que hayan personas como tú, que utilicen su cabecita para pensar. Te felicito, muy buen relato...